Normativa para la cría del cerdo ibérico
A menudo, los consumidores de embutido no somos conscientes de la relación que tiene el cerdo ibérico con la dehesa. Para que el jamón ibérico -y más concretamente el de bellota- tenga ese sabor y textura que tanto lo caracterizan, es indispensable disponer de un terreno significativamente extenso, lo que conlleva más cantidad de alimento, que repercutirá en la salud y grasa del cerdo y, posteriormente, en el producto final.
Para garantizar la calidad de la que hablamos cuando nos referimos al jamón ibérico, tenemos que proteger el terreno en el que pasta el cerdo, por lo que existen una serie de normativas que regulan la cría de este animal en el ecosistema tan particular en el que se encuentra.
A continuación, desde Muñiz y Palomo, te contamos las principales normativas que existen actualmente para la cría del cerdo ibérico y por qué son tan importantes.
Por qué es tan importante la normativa para la cría del cerdo ibérico
Las normas que regulan la cría del cerdo ibérico tienen una importancia significativa porque establecen, entre otros aspectos, el espacio mínimo que tiene que tener cada cerdo para pastar, así como la época del año en la que se puede llevar a cabo el pastoreo y la alimentación que pueden recibir.
Así, podemos proteger al animal a la vez que el ecosistema único de la dehesa sin perder la calidad excepcional del jamón ibérico que obtendremos después.
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Principales normativas para la cría del cerdo ibérico
A día de hoy existen dos normativas principales que contribuyen a las regulaciones de la cría del cerdo ibérico en la dehesa.
Real Decreto 1469/2007
El Real Decreto 1469/2007, de 2 de noviembre, por el que se aprueba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibéricos, es la principal normativa que regula tanto la producción como la comercialización del jamón ibérico en España.
Esta ley establece las características de calidad con las que deben cumplir los productos ibéricos que se han mencionado para poder comercializarse con las distintas denominaciones de venta. Estas características atienden a tres puntos clave: los requisitos de calidad, el etiquetado de los productos y la denominación o definición de los productos ibéricos.
Requisitos de calidad
En este punto se establecen los requisitos de calidad que deben reunir los productos ibéricos en cuanto a alimentación, sacrificio y curación.
Etiquetado
Mediante el etiquetado obligatorio que se establece para todos los productos ibéricos, se informa de la raza del cerdo, la alimentación que recibe y el sistema de producción.
Denominación
La definición o denominación de los diferentes tipos de productos ibéricos se dan, con esta normativa, en función de la raza del cerdo, su alimentación y su sistema de producción.
Real Decreto 4/2014
El Real Decreto 4/2014, de 10 de enero, por el que se aprueba la norma de calidad para la carne, el jamón, la paleta y la caña de lomo ibérico, fue aprobada por el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación para establecer los requisitos normativos para la cría del cerdo ibérico y los productos que se obtienen y comercializan a partir de esta actividad. Tiene como objetivo principal garantizar la calidad del jamón ibérico y proteger al consumidor de posibles fraudes.
Esta normativa también se articula en torno a tres puntos principales: la trazabilidad, el control y certificación y el etiquetado.
Trazabilidad
Se establece un sistema de trazabilidad obligatorio para los productos ibéricos, lo que permite hacer un seguimiento del origen de cada producto desde la granja hasta el consumidor final. Esto permite tener un control más exhaustivo del mismo.
Control y certificación
Este punto garantiza que los productos ibéricos cumplen con los requisitos de calidad establecidos por la normativa.
Etiquetado
Se establece un etiquetado orgánico para los productos ibéricos, que se diferenciarán por la raza del cerdo, su alimentación y su sistema de producción. Esta información deberá aparecer en la etiqueta.
Condiciones para el manejo de los cerdos ibéricos
Para poder manejar a los cerdos ibéricos en la dehesa -y más concretamente a los cerdos de bellota-, se han de dar unas condiciones específicas que se recogen en el Real Decreto 4/2014. Los cerdos de bellota tienen que tener una parcela destinada a su cría y esta debe estar recogida en el Sistema de Información Geográfica de Parcelas Agrícolas (SIGPAC).
Además, para el aprovechamiento de los recursos durante la temporada de montanera, se ha de tener en cuenta tanto la superficie arbolada de la dehesa como la carga ganadera que se admite como máximo en el territorio, siempre considerando la cantidad de bellotas que haya ese año.
Conclusión
Después de haber esclarecido los puntos principales de la normativa que regula la cría del cerdo ibérico y su producción, podemos concluir diciendo que este reglamento desempeña un papel crucial en la protección tanto de los animales como del ecosistema de la dehesa, asegurando la calidad excepcional del producto.
Al proteger el espacio y la alimentación de los cerdos ibéricos, estas normativas no solo promueven la sostenibilidad ambiental, sino también la integridad de una tradición gastronómica altamente arraigada en la cultura española.